Si te gusta la cocina italiana, seguramente disfrutarás con la clásica receta de Salsa Alfredo. Desde su invención a principios del siglo XX, se ha convertido rápidamente en un elemento básico de la cocina tradicional italiana. La Salsa Alfredo es una rica y cremosa salsa blanca que combina perfectamente con casi cualquier tipo de pasta. Consta de mantequilla, nata espesa, queso parmesano y, a veces, otras especias e ingredientes, y el sabor resultante es sencillo pero irresistible.
Para sacar el máximo partido a esta receta clásica, profundicemos en la historia de la Salsa Alfredo, cómo prepararla en casa con una receta tradicional, así como algunas variaciones modernas para darle un toque único.
Los orígenes de la Salsa Alfredo
La historia cuenta que el plato se elaboró por primera vez en Roma por Alfredo di Lelio en 1914. Creó la receta cuando su esposa estaba embarazada, para asegurarse de que se alimentaba bien y disfrutaba de sus comidas. La creación de Alfredo se hizo rápidamente popular en Roma y más allá, y ha sido un plato básico de la cocina italiana desde entonces. Cuando la receta llegó a América, se modificó ligeramente, con la adición de pimienta, nuez moscada y otros condimentos.
¿Cómo hacer salsa Alfredo?
Preparar una salsa Alfredo clásica es relativamente fácil y requiere muy pocos ingredientes. Para hacer esta salsa cremosa, necesitarás lo siguiente:
- 4 cucharadas de mantequilla sin sal;
- 3 tazas de nata espesa;
- 1 ½ tazas de queso parmesano reggiano rallado;
- Sal y pimienta al gusto;
- Pimienta blanca molida;
- Pizca de nuez moscada (opcional).
Una vez que tengas listos todos los ingredientes, así es como se prepara la Salsa Alfredo:
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- En una sartén grande funde la mantequilla sin sal a fuego medio-alto, y a continuación añade gradualmente la nata espesa. Remueve los ingredientes y cocina hasta que empiecen a hervir a fuego lento, pero no dejes que hierva.
- Añade el queso rallado y remueve bien hasta que se derrita por completo y se mezcle perfectamente con la nata y la mezcla de mantequilla.
- Condimenta con sal, pimienta y nuez moscada, si lo deseas. Remueve bien para que se mezclen, y retira del fuego.
- Tu Salsa Alfredo ya está lista para utilizarla con tu pasta favorita, ya sean fettucine, tagliatelle o cualquier otro tipo de pasta que prefieras.
Variantes modernas de la Salsa Alfredo
Aunque la receta tradicional de la Salsa Alfredo es deliciosa por sí sola, existen varias variantes que puedes probar para añadir un toque único al plato clásico. Una de estas variaciones es añadir un poco de gambas o pollo cocido y perejil fresco picado a la salsa antes de servirla. Esto no sólo añade sabor, sino que también hace que la Salsa Alfredo sea un plato principal mucho más satisfactorio.
Otra variante es añadir a la salsa un poco de ajo asado para darle un sabor más intenso. Asa una cabeza de ajo envuelta en papel de aluminio en el horno a 220 °C durante unos 30 minutos, luego exprime los dientes para que salgan de su piel y mézclalos con la salsa.
Si buscas una alternativa ligera, intenta sustituir la nata espesa por leche de almendra sin azúcar. Esto crea una versión más ligera y sana de la Salsa Alfredo sin sacrificar el sabor.
Disfruta de la Salsa Alfredo
Una vez que tengas lista la Salsa Alfredo, ¡sólo te quedará disfrutarla! Sírvela con tu tipo de pasta favorita, y añade una pizca de queso parmesano adicional y un poco de pimienta negra recién molida por encima. Si te gusta un poco más picante, también puedes añadir una pizca de copos de pimiento rojo. Disfruta de tu Salsa Alfredo casera y explora todas las variaciones para encontrar tu favorita.